sábado, 12 de noviembre de 2011

PANORAMA DE LA LECTURA EN COLOMBIA - Ensayo

El mayor problema a nivel cultural que aqueja al pueblo colombiano, es que “no lee”, según lo demuestran las pruebas SABER, las pruebas ICFES y la incipiente industria editorial colombiana que produce pocos libros a onerosos costos. Este no es sólo un problema de la escuela como institución sino de toda la sociedad, ya que el problema no es sólo cultural, sino también económico.

¿Qué motivación puede tener una persona cuyo ingreso mensual no asciende de un salario mínimo legal vigente y con el cual debe sostenerse y sostener a su familia, para comprar un libro? si cada libro en este país cuesta más o menos $20.000 pesos, haciéndose prioritario invertirlos en alimentación, vivienda, salud o vestuario, en lugar de comprar libros, es más fácil sentarse frente al televisor que gastar el dinero en algo que en este país es casi un lujo.

A nivel de la escuela se presenta una problemática muy particular, en el 80% de éstas no hay bibliotecas y en el 20% restante donde hay bibliotecas no hay bibliotecarios, convirtiéndolas en sitios cerrados donde los libros no cumplen su función cultural.

¿Qué y cómo se lee en la escuela?

Aunque innumerables autores plantean estrategias para la comprensión de textos escritos, con el fin que el lector adquiera conocimientos a partir de las lecturas que realiza, pocos se han ocupado de la problemática de aquellas personas que no tienen acceso a la lectura gracias al nivel económico, algunos de estos autores no toman en cuenta que no se trata de no saber leer, sino que adquieren conocimientos con los textos que tienen a mano.

Lo que se está leyendo en las escuelas se hace de manera explícita y literal, potenciando la memorización y la información mas no la formación, desconociendo las “estrategias cognitivas y metacognitivas” para agilizar la comprensión de los pocos textos a los cuales nos acercamos.

Parte de esta responsabilidad recae sobre nosotros los docentes, debido a que muchas veces nos escudamos en que no hay bibliotecas, no hay bibliotecarios, no se compran los libros propuestos o lanzándole la responsabilidad al docente de lenguaje como si cada disciplina del conocimiento no debiera sugerir lecturas inherentes al área, además escogemos textos que “no dicen nada” a los estudiantes y los docentes de literatura terminamos haciendo leer textos de crecimiento personal, no damos las herramientas necesarias para que haya verdadera comprensión textual y deseamos que en la evaluación se refleje la crítica y el análisis que éstos realizan al texto. Todo lo anterior da como resultado que en las escuelas se lea en mínima cantidad con ínfima calidad.

En los últimos años se han realizado ingentes esfuerzos para alcanzar la meta que en las escuelas y colegios se lea más, se lea con placer y se lea comprensivamente.

En una reciente experiencia los estudiantes de una escuela, perteneciente a un sector deprimido de la ciudad de Cali, tuvieron la oportunidad de participar en un concurso de comprensión de lectura en el cual se les entregaba los textos a la institución para que con el acompañamiento del docente pudieran concursar con otras instituciones oficiales y privadas. El resultado de esta experiencia fue que los estudiantes de la institución en referencia ganaron el concurso, por encima de colegios de mayor renombre, demostrando que lo único que hace falta es constante acompañamiento y el material adecuado para desarrollar este ejercicio.


Aunque el panorama de la lectura en Colombia parezca negro y desolado, al menos ya conocemos nuestras limitaciones en este campo y como expone D. Marrero Navarro en Los fundamentos de la libertad: “El hombre es posibilidad pura. El hombre vale, no por lo que es, sino por lo que puede llegar a ser…” Por ello considero que el acceso a la lectura podría mejorar las condiciones socio-culturales de cada persona mejorando sus posibilidades a futuro.

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